Te extraño
en la lejanía de tu ausencia,
porque tu presencia reconforta mis recuerdos.
Te sueño
y hago de cuenta que te tengo,
porque siempre te he deseado.
Grabé tu imagen en mi mente
para aprisionar tu sonrisa,
tus ojos, tu mirada.
Te observo,
y escudriña mi silencio
en tu corazón apasionado
los vaivenes de tu incertidumbre.
Huyes por senderos ignotos
en la soledad de tu tristeza,
porque no quieres ser lo que eres,
y te dejas llevar por el hastío,
para no sentir lo que sientes.
Te vas
y se pierde tu sueño en la penumbra
de tu frágil existencia,
atormentada por la duda de tus reproches infundados,
de tus desatinos,
de tus fantasías.