Mi cuerpo entero te cubre
en la penumbra de la tarde,
y mis manos te acarician
al fin de la jornada.
Te contemplo,
y con mis dedos exploro
tus hermosas formas redondas:
Tus pechos, tus piernas,
tus caderas.
Te amé
y lentamente me hundí
entre tus escurridizos muslos.