Tu amor me engendró de nuevo
y mi cuerpo,
flácido y frío se encendió de noche.
Viril y erecto te seduzco
y mis manos,
aprisionan tus sensuales formas.
Te mueves,
y me estremezco al sentirte.
Hundes tus caderas en el mullido lecho
y tus muslos se me esconden.
Me abrazas,
y tu pubis alcanza el mío.
Brota el fuego,
y mi ser se transforma en fuente de simiente.
Te fecundo,
y la flor se convierte en fruto.